lunes, 29 de agosto de 2011

Día 9 – Sibenik y Zadar (Croacia)

Nos despertamos pronto, pero nos levantamos un poco más tarde. Hoy nos toca visitar Sibenik que según la guía es un diamante en bruto y tiene una catedral muy bonita. 


Salimos de la sobe donde hemos dormido y bajamos con el coche al puerto. Probamos suerte para aparcar en la calle de la gasolinera como el día anterior y justo encontramos un sitio como ayer. Ni los sábados a partir de las 14 ni los domingos enteros hay que pagar por aparcar, pero si que hay que encontrar sitio o ir a un parking.


Tras un breve recorrido por el paseo marítimo nos adentramos en el pueblo por un arco que parece dar a la catedral. Empezamos a ver las cabezas que adornan la fachada de la catedral. Cada cual tiene peor cara. Una pena el día anterior ha debido haber espectáculo y hay una grada ocupando toda la plaza así que no podemos ver toda la fachada.

Entramos aprovechando que hasta las 11 no hay misa por que es domingo. Dentro está el cura preparando el sermón y un grupo de japoneses visitando la catedral que es espectacular por dentro.



Vemos por que decían que la catedral es tan impactante. Es de una piedra oscura y gris que con la madera y la decoración interior le da un punto singular, muy lúgubre, a la vez que elegante e inquietante. A mi me gusta.

Se puede bajar a la pila bautismal donde hay una estancia muy bien trabajada.

Salimos de la catedral y empezamos a subir escaleras para visitar otros rincones del pueblo.


Hay alguna señal que nos indica un jardín de un monasterio benedictino pero ahora es una especie de cafetería. Un sitio muy tranquilo donde perder unas horas.


Seguimos callejeando entre calles y de vez en cuando aparece alguna iglesia, casas estilo veneciano, etc. Pero nada muy a destacar.


En esta época debe haber un festival internacional de niños pero no sabemos muy bien sin son cantores o pintores.

Volvemos al coche y nos dirigimos a Zadar. Tomamos la opción de ir por la autopista en el interior. Ya hemos visto mucha costa y hoy queremos llegar lo antes posible.

El recorrido por autopista cuesta 25 kunas (7,5 €) y se llega en una hora exacta.

No tenemos alojamiento reservado así que intentamos llegar a la oficina de turismo. Como la parte vieja de Zadar esta en una península, hay parking, y es muy caro. Cuesta unas 20 Kunas por hora (3€). Entre que el GPS nos lía, y que no está muy indicado nos metemos a un callejón donde la gente esta aparcada en uno de los carriles y decidimos dejarlo allí. Soy un inconsciente, pero nos sale bien.

Resulta que estamos al ladito del famoso Saludo al sol. Son unas placas solares que por el día se cargan de energía y justo tras esconderse el sol empieza a dar un espectáculo de luz para disfrute de los niños y todos los que allí se congregan. Que son muchos, pero muchos, muchos.


Según continuamos el paseo empezamos a oír el famoso órgano de mar que no es más que unos tubos o agujeros por los que al entrar el agua hacen que el aire vibre y este todo el rato sonando música. Nos recuerda a cuando Dori habla balleno. Bueno es único en el mundo y cosas peores he visto. Original, que se suele decir.

Los domingos se supone que cierran la oficina de turismo a las 13 y como no tenemos mapa ni alojamiento queremos llegar antes de que cierren.

Nos vuelve a pasar lo de siempre. Hola, ¿Qué queréis? Un mapa. Toma. Vale guapa y ¿Me explicas que tengo que ver? Que mires los números y las fotos. Vale no te canses, no sea que hagas tu trabajo y te deslomes… Por cierto, es que necesitamos alojamiento… Uff, aquí son caros. Te tienes que ir para esta otra zona… Vale, pero tú ¿para que estás?… Siguiente…

Que mal nos acostumbraron las oficinas de turismo de Quebec el año pasado. Recuerdo pasar la frontera y darnos todos los mapas, aclararnos todo el viaje, recomendarnos hasta por que carreteras entrar en Quebec. Decirnos que hasta podíamos ver el Circo del Sol gratis. De verdad, que si alguien va por allí y luego pasa por aquí me entenderá las ganas de dar un par de tortazos. Como comparar a Dios con un gitano, vaya.

Visto el éxito, decidimos  volver al coche a por el portátil y buscar algún Internet café. Para nuestra suerte hay uno muy cerca del coche y como hay un banco a la sombra en la plaza de enfrente gorroneamos wifi desde allí. Que buitre soy por dios.

Como siempre entramos por trivago.es y nos encuentra algo estupendo de precio 50€ con desayuno incluido, wifi y parking a unos 10 Km. Los precios de Zadar son infinitamente más caros. Lo cogemos y vamos a comer donde recomienda la guía Lonely Planet. Queríamos ir a una trattoria pero acabamos en una pizzería que se llama igual y es de los mismos en frente la una de la otra.

A mi me sacan la pizza mas grande que me he comido en mi vida y a ella una lasaña que debe estar muy rica.

Damos un paseo para ver lo que nos falta del pueblo y pasamos por el puerto, la puerta principal con su león veneciano, la plaza de los 5 pozos, las puertas laterales… etc.


Cogemos el coche y vamos a descansar a nuestra habitación que queda en Sukosan. No esta mal, sobre todo comparado con el sobe de ayer que era un poco mas justito.

Echamos la siesta y volvemos para ver el famoso atardecer de Zadar. Volvemos a intentar aparcar al sitio de la mañana y seguimos teniendo nuestro sitio. Si por la mañana no han puesto multa, ni se han llevado el coche no lo harán ahora, me digo a mi mismo para convencerme y estar más tranquilo.

El sol aún esta alto, así que pasamos por el saludo al sol y el órgano de mar otra vez y seguimos por el paseo marítimo hasta la zona cercana a la catedral.


En la calle principal nos fijamos en una heladería que tienen una presentación genial de cada sabor de helado y como tiene que ser, cae uno de limón.

Vamos callejeando y en la catedral hay misa cantada por el 50 aniversario de no sé qué y además la retransmiten por la tele. Mucha gente, mucho cristiano devoto.

Llegamos al Saludo al sol y empezamos a ver la puesta de sol que según Alfred Hitchcock era la mejor puesta de sol del mundo. Hay que ver más mundo Alfredito… bueno, las fotos mal no quedaron.


Muchisimisima gente por todos lados y sobre todo niños que parece que les han dado algo para que hagan el loco. Me pongo a hacer mis fotos.


Cuando esta a punto de desaparecer el sol, unas señoras que hablan español empiezan a hablar del rayo verde que se ve al final pero parece que de todos los que estamos allí solo lo ha visto una. Y yo les juro que por mi cámara no lo vi y eso que estaba preparado.


Atardece, se va el sol y se empiezan a iluminar de colores las placas solares del Saludo al sol que han estado durante las horas de sol cargándose y los niños si ya estaban desatados ahora se vuelven locos.

No se cuanta gente estábamos allí pero centenares de miles seguro, o más. Hago alguna foto más y volvemos al centro para ir despidiéndonos.


Después de ver el aspecto de la ciudad de noche nos tomamos una mazorca de maíz que estaba muy rica y saladita.


Volvemos al coche que está donde le hemos dejado y sin multa y nos venimos a la habitación para preparar el día siguiente.


Nos tocara el parque natural de los lagos de Plitvice. Otra vez lagos, cascadas y aguas… de seda, claro está.


Bueno espero que os esté gustando y si algún día pasáis por la zona estos textos o alguna de las fotos os ayuden a planificar vuestro viaje y saber que queréis ver y que no vale la pena.


NO os olvidéis que suscribiéndoos a este blog recibiréis por correo el aviso cuando este cada una de las etapas. Hasta el próximo capítulo que será bastante bonito por cierto.

sábado, 27 de agosto de 2011

Día 8 – Trogir y Parque natural nacional de Krka (Croacia)

Desayunamos en el hotel al aire libre con vistas al mar. Un muy buen desayuno que poco a poco nos va sacando poco a poco las propietarias de la casa. Hasta que reventamos y pedimos que no mas por favor.  

Nos dirigimos dirección Trogir. Está a menos de una hora de Split. Nos toca llenar el tanque de gasolina y lo hacemos al mismo precio y de la misma manera que en España. Sin novedad por esta vez.

Llegamos a Trogir. Realmente este pueblo es una isla a la que se accede a través de un puente. Para aparcar nos toca pagar un parking que hay a la entrada. Son 6 kunas la hora y no pensamos estar mucho tiempo así que aparco y gano tiempo.


Atravesamos el puente hacia la puerta de entrada. Al final del puente encontramos una oficina de cambio y cambiamos dinero. Creo que fue uno de los mejores cambios que encontramos en todo el viaje. Estaba lleno de gente porque era sábado y había mercadillo.

Entramos por la puerta principal de Trogir. Vamos callejeando por un pueblo agradable lleno de tiendas para turistas. Encontramos la entrada a la catedral.

Según el cartel de la entrada no vamos apropiadamente vestidos, pero me hago el guiri tonto, nadie nos dice nada y entramos. Aprovechamos que hay un guía explicando a un grupo en inglés y pegamos al oreja a ver si nos enteramos de algo. Comenta algo sobre que es la portada más ricamente decorada del románico del adriático. Tiene a cada lado a Adán y Eva tapándose con una hoja de parra después de ser echados del paraíso.


El interior es interesante. Hay una lámpara con forma de cruz, una sala del tesoro… y de vez en cuando nos acercamos al guía en ingles que da unas explicaciones muy claritas.


Antes de salir, encuentro la subida al campanario, amenazan con que subes bajo tu propio riesgo y decido subir. La verdad es que tiene unas buenas vistas de la ciudad y del puerto y vale la pena.


Bajo a la plaza de la catedral y entramos a un monumento conmemorativo a los caídos. Seguimos callejeando entre calle acabamos saliendo por otra puerta al otro lado de la muralla que da al puerto.


Es un bonito y agradable paseo marítimo con muchos barcos, escuela o de viajeros, yates privados etc. Llegamos a fortaleza, pero no tenemos tiempo para vistarla ni parece que valga la pena. Volvemos tranquilamente entre calles de piedra.


Salimos del pueblo y entramos al mercadillo. Compramos algo de fruta y volvemos al coche. Nos cobran por casi 2 horas, unas 12 kunas, menos de 2 €. Mucho más caro era pagar siempre el parking en Italia el año pasado… que no sé cómo están de crisis con lo que les dejé en los  parkings.

Vamos para Sibenik. Valoramos a la entrada la opción de parking por 6 kunas hora, pero según la guía solo hay que pagar los sábados hasta las dos de la tarde así que pagamos una hora y nos olvidamos.

Encontramos la oficina de información y turismo y vamos a pedir el mapa de la ciudad y algo de información. De nuevo no nos explican nada, solo que veamos las fotos y los números del mapa, tócate los huevos que forma de currar.

Le pedimos ayuda para alojamiento y llama a unas sobes. Encuentra una librey nos dice que por 300 kunas (43€). Decidimos probar y nos dice que nos vienen a buscar. Pensábamos ir a la noche, pero nos dice que el propietario ya está en camino. Llega en moto y le seguimos con el coche. Estamos un poco a las afueras, pero queda cerca del centro.
Entramos a la casa y la señora esta haciendo la colada en nuestra habitación. Todo un poco justo, la verdad, pero bueno, ya que estamos allí... Lo cogemos y les decimos que nos vamos,  que a la noche volvemos y la dejamos acabando la colada.

Nos dirigimos  al parque nacional natural de Krka. Hay dos opciones. Una es llegar a un pueblo y que te acerquen en autobús y la otra desde otro pueblo que te acercan en barco. Por el mismo precio elijo la última y allá nos vamos.

De nuevo te obligan a pagar parking para aparcar en el pueblo. Decido aparcar como tantos otras en una cuneta justo la entrada del pueblo y no pasa nada. Que chupa sangres con lo de los parkings.

Vamos a la oficina de las entradas y tras pagar la entrada e informarnos de los horarios del barco le pedimos a la chica algo de información. Nos da el folleto en inglés y no nos explica nada, por favor, ella no está allí para eso.


El barco sale a las en punto y vuelve a las y media. Podríamos coger el de las 14 pero preferimos comer tranquilos y coger el de las 15.


Comemos bien en un restaurante que hay un poco más adelante del barco. El plato mixto de carne me sabe riquísimo.

Cogemos las cosas del coche y llegamos más bien justos al barco, pero sin problema.

Nos da un agradable paseo de unos 20 minutos hasta la entrada del parque y allí bajamos.


Llegamos a la zona principal. Está todo muy preparado. La gente va allí a pasar el día y hay de todo para comer y beber, baños, puestos de souvenirs y de todo.



Aparecen las cascadas más grandes  y famosas. Está lleno de gente por todos lados. Se va un poco el sol y no nos apetece bañarnos.


Intento encontrar algún sitio para hacer una foto limpia de las cascadas pero no puede ser.

Voy al puente que pasa por encima del río y allí tengo foto, pero si pasa gente se mueve y  me fastidia el agua de seda ya que estoy con el trípode. Bueno, algo salió.


Se va subiendo por un camino de escaleras y se van viendo otras cascadas más arriba.


Mientras hacía fotos en la parte alta aparece un joven en medio de las cascadas y viene nadando. Yo creía que le llevaba la corriente y se mataba, pero justo al llegar al borde se levanta, se pone de pie en el borde y mira para abajo. Son más de 8 metros de alto. No se lo piensa y se lanza de cabeza. A la espuma… al de un rato sale y se dispone a hacer lo mismo desde la de abajo. Loco de atar, pero sobrevive. Supongo que no será la primera vez que lo hace, ni el único, pero de verdad que hubiera apostado mucho dinero a que se mataba.

Según se va subiendo vamos encontrando varios miradores desde los que se ven las sucesivas cascadas y saltos de agua. Cuando sale el sol son espectaculares.


En la zona de arriba hay tiendas de souvenirs.

Vemos muchísimos peces. Es lo que tiene que sea parque natural que no se puede pescar y han crecido.


Aparecen unos caminos muy pintorescos de tablas de madera que sobrevuelan los ríos y vamos andando muy agradablemente por ellos adentrándonos en el parque.


Tras una hora o así caminando agradablemente dentro del bosque volvemos haciendo un circulo a la cascada principal.


Tomamos un crep de chocolate recién hecho y esperamos a que venga el barco de las 18:30.


Encontramos al coche en la cuneta donde lo habíamos dejado sin multa y volvemos a Sibenik.

Entramos en la sobe y dejamos las maletas. Nos damos cuenta que no tenemos desayuno pero tenemos localizada un pastelería o panadería Pekara muy cerca. Vamos y compramos para el día siguiente.

Hoy no tenemos wifi. No había opción según la de turismo y decidimos ir a un Mac Donalds en un centro comercial que hemos visto de camino para haber si allí hay conexión a Internet y reservar el alojamiento del día siguiente.

No hay suerte. Parece que solo tienen wifi en Estados unidos, en los de Croacia no les ha llegado. Volvemos a casa y descansamos.

jueves, 25 de agosto de 2011

Día 7 – Hvar y Split (Croacia)


Escribo estas líneas desde el ferry que nos lleva desde el puerto de Stari Grad en la isla de Hvar hasta Split donde pasaremos la noche. Una vez más hemos pasado horas de desconcierto con el tema del ferry y eso que ayer confirmamos el horario en la oficina de turismo de Stari Grad pero aún no os digo como ha acabado todo, a ver si así leéis más interesados.


Para empezar os doy un trucazo que durante este viaje esta siéndonos muy útil. De todo lo que nos tenemos que acordar o es información relevante le sacamos foto con el móvil: horarios, mapas, direcciones, como llegar, los restaurantes recomendados para cenar en los pueblos… y así luego todo resulta mucho más fácil.


Empiezo por el principio. Como ayer tuvimos poco tiempo para visitar la capital Hvar hemos decidido madrugar y darnos otro paseo por el centro, pero esta vez de día. Las cosas cambian y se ven de otra manera. Claro, es que hay más luz.

  
Tampoco es muy grande la zona de la ciudad vieja que hay que ver, pero si que es bien bonita  y hay mucho ambiente. Nos sorprende al ir bajando que haya en el puerto muchos menos yates que ayer. Seguramente se hayan ido a pasar el día entre calas o hayan cambiado de puerto. A la noche seguro que se vuelve a  llenar y se pone a tope.


De día, como siempre salen los increíbles colores de estas aguas cristalinas. Como el día anterior ha llovido la atmosfera está más limpia, el cielo parece más azul y hay más visibilidad. Qué bonito es estar de vacaciones y como echo de menos esa sensación ahora que curro 10 horas al día.


Aprovechamos el paseo y visitamos la catedral de la que ayer no pudimos ver el interior. Vamos otra vez por todo el paseo del puerto hasta un monasterio que ahora debe ser museo de arte sacro y donde deben hacer conciertos nocturnos. 


Una opción muy recomendable, parece ser alquilar una barca motora por poco dinero y darse una vueltita por las islas o calas de la costa. No teníamos tiempo pero lo hubiéramos intentado de tenerlo.

Volvemos y callejeamos por el interior de las calles de la ciudad vieja donde vemos edificios con reminiscencias venecianas. Como sabemos que seguramente nos quedemos sin comer por que estaremos navegando en el ferry o eso esperábamos…, compramos avituallamiento: coca colas, unos bocadillos de jamón de Dalmacia (que es como el serrano pero sabía más como a salchichón) y algún croissant de chocolate para la merienda. Todo nos supo a gloria.

Callejeando por las calles altas se puede disfrutar de una vista panorámica del puerto con un primer plano de un campanario de una iglesia ahora derruida. Decidimos dar por finalizada la visita y decidimos volver con tiempo suficiente para coger el ferry tranquilos. ¡Que ingenuos!


Vamos despidiéndonos de Hvar pero antes de irnos, subimos a lo alto con el coche ya que se aprecia una bonita vista y paisaje marino con islas con forma de pez…


…y otra de la muralla que no había sacado al llegar.


En unos 20 minutos por la carretera llegamos al puerto de Stari Grad desde el cual sale el ferry hacia Split.

Entramos con más de una hora de adelanto para evitar sustos como el del día anterior y por que hemos leído que en el ferry de las 14:00 que es el queremos coger tienen prioridad los camiones de carga. Oh, oh.

Según llegamos vemos 5 líneas larguísimas de camiones y algún coche llenas hasta el fondo. Nos toca en la sexta detrás de otros dos camiones. Todo nuestro gozo en un pozo. Parece que hoy si que toca perderlo y eso implicaría tener que esperar hasta las 17:30 (+3:30 horas).

Para que os hagáis una idea había como 3 o 4 veces mas vehículos que ayer cuando fuimos los últimos en entrar al ferry para venir a la isla de Hvar.

Sacamos el ticket que nos cuesta 412 Kunas, unos 59€. ¡Qué alegría hacer ricos a los Croatas¡. Nos ponemos a mirar con cara de cordero degollado al operario que esta allí organizando para ver si le damos pena y luego nos cuela o algo. Yo venga a decirle a esta que le enseñara que estaba embarazada, que le guiñara el ojo, lo que fuera...

Todo se empieza a mover y seguimos sin tener claro si vamos a entrar o no, o si van a entrar los camiones primero. De repente, nos dicen que me adelante a los camiones de delante y salgo como una bala, parece que vamos a entrar…

Efectivamente, hay más sitio del que parece en el interior del ferry y los coches van en unos laterales en un piso superior y los camiones se van colocando en el centro. ¡Salvados!

Ya más calmados cogemos la comida y nos subimos a la cubierta interior del ferry que es gigante por cierto y esta llena de sillones. Ahí comemos tranquilos, tomamos un helado y me dispongo a escribir esta parte del relato para irme tranquilizando del agobio que hemos pasado. A lo tonto, si, pero la incertidumbre deja mal cuerpo. Son 2 horas de trayecto que aprovechamos para mirar guías, diarios, mapas, redefinir itinerarios y escribir este blog.

Llegamos al puerto de Split con el ferry pero le decimos al GPS que nos lleve directamente al hotel que hemos reservado en un pueblo llamado Protdana a unos 8 Km. Toda esta zona de Split es sumamente cara y para no gastar tanto decidimos alejarnos del centro.

La casa no está mal aunque la señora habla el mismo inglés que yo Croata. Nos entendemos que es lo importante. Yo te pago y tú me dejas dormir.

Volvemos a Split un poco lejos del centro para aparcar sin tener que pagar. Es que me fastidia pagar estas cosas.


Bajamos hacia el palacio de Diocleciano y encontramos un mercadillo que cruzamos rápidamente. Entramos justo por la puerta de lo que ahora es la catedral y justo llegamos a un minuto antes de que la cierren y podemos entrar y visitarla.


Pasamos por los antiguos subterráneos del palacio que ahora están llenos de tiendas con muchos suvenires para turistas.


Ya en el paseo marítimo vemos una oficina de turismo privada, entramos pedimos algo de información y nos dan un plano que parece muy útil. Decidimos ir siguiente la ruta recomendada por el plano.

De nuevo me vuelve a dar la neura de que me aburro haciendo fotos y que necesito un reto. Como estoy dentro de una ciudad y no tengo grandes paisajes decidido jugármela de nuevo, perder las grandes tomas y dedicarme a sufrir con el 50 mm. Bueno y además decido tirar solo en blanco y negro y que la cámara no corrija el viñeteo. Si puede ser cierto que a veces se me va un poco…


La verdad es que ahora que estoy mirando os puedo decir que valió la pena. No habré conseguido las mejores fotos posibles de las calles de Split pero me he llevado fotos muy curiosas, creativas, y diferentes.  Gracias a estas cortas pero buenas experiencias con el 50mm f1.8 al volver me compré el 50mm 1.4 con el que estoy más encantado aun aunque lo he usado muy poco.


Tras dar la vuelta o mejor dicho dándola acabamos volviendo a la catedral, donde vemos que hay otra oficina de turismo. Es lógico, de hecho esta es la buena pero antes con las prisas no la hemos visto.

Pedimos más información de la ciudad, de la zona pero sobre todo sobre el parque de Krka que visitaremos al día siguiente. Salimos con mucho para leer y seguimos buscando las cosas que pone el circuito recomendado.


Parece que hay un concurso de Kaplas en la plaza de la ciudad pero esta todo cerrado a cal y canto para entrar pagando y no dejan verlo. Se oye eso sí.

Entramos por la típica calle de las tiendas como cualquier otra gran ciudad de este mundo globalizado en que vivimos hoy día. Su Zara, su Bershka, su H&M (que no significa Hombre y mujer por cierto).

Aqui os pongo una de mis fotos favoritas del viaje. No tiene nada especial pero me gusta la cara de felicidad de la chica cuando el novio le hace la foto.

Llega la hora de cenar. Acabamos cenando en un sitio tranquilo escondido en una placita detrás del templo de Júpiter.


Volvemos a pasar por la zona de la catedral ya de camino al coche y volvemos al hotel.


Bueno, espero que os esté gustando este diario de viaje y que me sigáis enviando vuestros comentarios, criticas o lo que se os ocurra. Ya sabes que os podéis suscribir y recibir en vuestro email directamente cada uno de los post que voy publicando. La opción se llama Seguidores y deberíais encontrarla en el menú de la derecha de este blog.

Hasta la siguiente. En la próxima etapa nos toca visitar Trogir y el Parque National de Krka, que aún no sé cómo se pronuncia.