domingo, 20 de enero de 2013

Lisboa, escapada de fin de semana. Dia 2

Continuo este diario de viaje o escapada de fin de semana que hicimos este pasado Septiembre de 2012 a Lisboa, la capital de Portugal, antes de dirigirnos a la isla de  Madeira (III III) y posteriormente a la Isla de San Miguél en las islas Azores. 

La primera parte o primer día de este diario lo puedes encontrar en este enlace.

Empezamos...

Nos tocó levantarnos pronto aun siendo domingo y desayunar bien fuerte ya que el día se presentaba completito. Queríamos ver muchas cosas y estaban lejos. Habría que andar de lo lindo si queríamos ver todo y allá nos fuimos.

El recorrido que habíamos pensado visitaba el barrio de Belém, con el Padrao dos Descobrimentos, y monumentos patrimonio de la humanidad por la Unesco como la famosa Torre de Belém o el Mosteiro dos Jerónimos. Ya de vuelta a Lisboa paseariamos por el barrio de Alfama, el Castelo do Son Jorge, y pasar por alguno de los miradores de Alfama.





Belém es un antiguo pueblo pescador que se ha incorporado hace poco a Lisboa. Está lejos del centro de Lisboa así que un buen método y fácil de llegar es ir en tren aunque también se puede coger el tranvía 15 desde la Plaza del Comercio. Elegimos la opción del tren y para ello tuvimos que bajar en metro hasta la zona del rio Tajo y allí coger el tren en la estación de tren o ferrocarril Cais do Sodré

Allí deberéis coger un ticket para el tren ya que creo que no vale con el billete o bono del metro. La verdad es que no me entere y como iba con el carrito y las puertas estaban abiertas pasé y no pasó nada, pero luego me enteré que hacía falta billete. Ups.

En unos 10 o 15 minutos y pasando unas 3 estaciones de tren, llegamos a la estación de Belém donde nos bajamos para ir andando a visitar toda la zona monumental. 

De nuevo sorprende que tanta agua no sea mar, pero es que el rio Tajo es muy caudaloso y tiene vocación casi de océano en esta zona de su estuario. Caminando por el paseo de la ribera del Tajo hasta el Monumento o Padrao dos Descobrimentos, construido con forma proa de carabela en la zona de la que zarpaban los antiguos galeones al nuevo mundo. Padrao, viene de padrón o estela que es la cruz con la que los navegantes marcaban sus nuevas posesiones. Construido para conmemorar el V aniversario de la época dorada de los exploradores portugueses y la muerte del rey Enrique el navegante.



Por la orilla llegareis a un puerto deportivo llamado Doca de Belem. Seguid andando viendo de lejos este bonito monumento y llegareis sin perdida al mismo. La estatua que encontrareis en primer plano es la de Enrique el navegante, luego hay varios famosos y descubridores portugueses famosos como Magallanes y Vasco da Gama, y así hasta unos 30 prohombres.




Se puede subir en ascensor sus 52 m de altura y disfrutar de unas bonitas vistas de Lisboa, del mosaico en su base una rosa de los vientos y un mapamundi de posesiones lusas del pasado, de la desembocadura del Tajo en el océano atlántico y del monasterio de los Jeronimos. También tendréis buenas vistas de esta zona del puente del 25 de Abril, muy parecido por el color y la forma al famoso puente de San Francisco. Se le dio este nombre después de la revolución de los claveles en Lisboa.

De nuevo en su base pudimos apreciar, cómo no, las baldosas portuguesas con sus formas sinuosas y sus colores blanco y negro. Los portugueses y Lisboetas tienes afición al azulejo y los murales y tienen hasta un museo.






Siguiendo para adelante llegareis a la emblemática Torre de Belém, fortaleza declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco que parece una nave varada en la playa. Otro de los grandes monumentos de esta zona turística que está mirando al río Tajo. Fue construida en el siglo XVI para defender el cercano Monasterio de los Jerónimos y el puerto que había en esta parte de la desembocadura del río Tajo para la línea de mar hasta Cascais muy frecuentada por piratas ingleses y holandeses. Aunque también sirvió como prisión hasta hace poco más de un siglo. Es una mezcla de estilos gótico, manuelino e incluso bizantino y es una verdadera joya arquitectónica con sus abundantes almenas y arcos. Se puede entrar a visitar y aunque tendréis cola no se tarda mucho en poder entrar.



Comimos por esa zona aunque no hay grandes sitios para comer y son más bien en plan buffet y pagas por cada plato o cosa que cojas. Para cuando acabamos hacia buen tiempo, soplaba la brisa y se estaba muy a gusto así que cogimos un helado.

Habíamos dejado lo mejor de esta zona para el final, el Mosteiro dos Jerónimos, patrimonio mundial, que se encuentra justo en frente del Padrao dos Descubrimentos. Para ello solo tenéis que pasar por debajo de la carretera por un pasaje y llegareis a sus bonitos jardines. 

El exterior del Mosteiro dos Jerónimos es de estilo manuelino portugués, es espectacular y ya hace pensar que el interior va a valer la pena. El exterior este lleno de una rica decoración con muchas esculturas de inspiración marítima. Parece que fue construido gracias a los impuestos de las especias y con el dinero que llegaba en los galeones desde los confines del imperio portugués que llegaban a Asia, África y América en la época de los descubrimientos.







Que os puedo decir del interior del Mosteiro dos Jerónimos.  Una pasada de sitio. De los que no se olvidan y de los que cuando vas a otras catedrales o iglesias, dices, bueno está bien, pero aquél estaba mejor... pues eso. El interior se construyó de una solo nave pero tiene un impresionante claustro doble mezcla de gótico y renacentista. Podéis ver las fotos y haceros idea de lo sobrecogedor de este edificio y su arquitectura. 

La visita del interior es gratis, hay que mantener el silencio ya que es un sitio de culto. No recuerdo si se podía hacer fotos o no, pero como la mayoría de la gente las hacia… Había también un museo para visitar y daba acceso a otras zonas del monasterio pero nos teníamos que ir. 

La verdad es que el día que me dedique a tirar de archivo y sacar fotos de iglesias y catedrales, de sus interiores, techos, HDRs, etc. me forro.







Teníamos que volver a Lisboa y nos pareció buena idea coger el tranvía, además que así no pagábamos el viaje de vuelta ya que para el metro y el tranvía valen el mismo ticket, y así veríamos más Lisboa desde la ventanilla. Ingenuos nosotros, que el resto de turistas había pensado lo mismo y estaban las paradas a reventar de gente. A pesar de eso y de que íbamos con carrito de bebé conseguimos entrar no se bien como. El trayecto fue más largo que en tren (20 min.), tampoco se veía gran cosa e íbamos como sardinas en lata.

Bajamos cerca de la Praça do Comercio y planteamos la subida por las empinadas y estrechas callejuelas por las entrañas del barrio de Alfama. Lo mejor, coger el tranvía que recorre el circuito turístico de esta zona, el famoso 28, pero decidimos que ya nos habían apretado bastante y fuimos andando.

Las fachadas de Lisboa son muy singulares. Recuerdan a épocas pasadas de España y la verdad es que están muy conseguidas y trabajadas. Le dan un encanto especial a la ciudad.



De repente, empezamos a oír un motor y era una avioneta acrobática que estuvo más de media hora haciendo acrobacias por el cielo para deleite de todos lo que estábamos por esa zona. Loops, caídas en barrena, subidas en vertical… una gozada para la vista… Eso sí vaya ruido que metía el motor que se oía a pesar de la distancia, parecía muy peligroso y anda que no echaba humo la cosa esa.

Seguimos subiendo hasta que encontramos la Sé Catedral con su fachada sobria y típica que parece más bien una fortaleza. Fue una de las pocas construcciones que sobrevivió al terremoto de 1755 y a destacar en su interior el baptisterio, el claustro y el tesoro .




Un poco más arriba iréis encontrando miradores o balcones desde la zona del barrio de  Alfama a la desembocadura del Tajo y a otras zonas de Lisboa. Iréis encontrando pequeños miradores o balcones decorados de preciosos azulejos o mosaicos como los de la iglesia de Santa Lucia y su mirador, ideales para contemplar esta zona y descansar de la subida. 



Mejor aún detrás de la misma tenéis otro mirador con muy buenas vistas típicas y bellas de los tejados de esta zona. Además, suele haber músicos y vendedores que le dan mucho ambiente a la zona. 




Muy cerca para el celebérrimo tranvía turístico 28 que os servirá para subir o para bajar.





Si sois valientes os queda subir al Castelo de San Jorge.  Tendréis una cuesta importante pero acabareis llegando al castillo en la parte más alta. La entrada es de pago y la ciudadela que lo rodea tiene buenos sitios para tomar un refresco y descansar después de la subida. Desde aquí dicen que se contempla los atardeceres más inolvidables de toda Lisboa. Es como un pequeña ciudad medieval en miniatura con su arco de San Jorge, la casa del Gobernador, el patio de armas, prisiones…

Una vez visto, fuimos bajando otra vez por los callejones de Alfama hasta la Praça do Comercio donde para nuestra sor presa estaban de concierto. Era un grupo de música hip hop, pero suavecita y muy pop y se dejaba escuchar. Estaba ya atardeciendo, todo el mundo disfrutaba del buen rollito y fui un bonito cierre para ese día.



Al día siguiente salíamos pronto en avión para Madeira desde el aeropuerto de Lisboa, pero eso ya lo habéis podido leer en los diarios de Madeira (I, II y III) y posteriormente en los diarios de la Isla de San Miguel en las islas Azores.
Ahora que he acabado estos diarios de viajes por Lisboa, Madeira y las Azores, escribiré un par de artículos en mi blog de fotografía y viajes sobre otras actividades de fotógrafo interesantes que hecho en este tiempo y luego volveré a preparar algún diario de viajes sobre alguna otra de las ciudades que he visitado en todo este tiempo: Munich, Berlin, Lanzarote, Bulgaria (Sofia, Plovdiv, el fantástico Monasterio de Rila…)

Hasta pronto y no dejéis de hacerme llegar vuestros comentarios.
Un saludo a tod@s los que veis las fotos y sobre todo a los que, encima, lo leéis. ;)

© Iñigo Escalante: Web I Blog I Facebook I Flickr I 500px

viernes, 4 de enero de 2013

Lisboa, escapada de fin de semana. Día 1.

Bienvenidos viajeros y/o fotógrafos, 

Como podréis adivinar los que habéis seguido últimamente mi blog de fotografía y viajes,  antes de ir a la Isla de Madeira o a las islas Azores, pasamos por Lisboa, la capital de Portugal. Desde allí la conexión con estas islas es más fácil y más frecuente.


Al llevar con nosotros un bebe de un año, en algún momento, teníamos que pasar una noche en la capital de Portugal, así que decidimos alargarlo un poco más y quedarnos un día más. Al viajar con un bebe es importante respetar y hacer lo posible por para conciliar sus horarios para que el viaje sea mas fácil para todos.

Ya habíamos visitado Lisboa hacía muchos años pero nos apetecía volver a callejearla. Además, coincidió en fin de semana, así que se podría decir que hicimos una escapada de fin de semana a Lisboa desde Bilbao, nuestro punto de partida. Fuimos la última semana de Septiembre y la primera de Octubre y la verdad es que nos hizo un tiempo estupendo.

Según llegamos al aeropuerto y recogimos las maletas nos dirigimos rápidamente al metro. La verdad es que esa parte era toda nueva y funciona bastante bien. Como única pega que en vez de billete hay que comprar una especie de tarjeta por 50 céntimos para poder cargarla con crédito para viajar. Cogimos el billete valido para varios días y así nos ahorramos algo de dinero.

Localizamos con ayuda del mapa y de la chica de información al turista del aeropuerto la estación más cercana al hotel y en 15 min. estábamos allí. Eran más pronto de las diez de la mañana y hasta las 15 o 16 no hacían check-in. Horror!. Pero entre que habíamos avisado del problema y que allí nos plantamos con las maletas, aunque nos hicieron esperar un poco, nos acabaron dando la habitación para dejar las maletas, cambiarnos y prepararnos para pasar el día fuera. Viajando con un bebe y además con maletas, hubiera sido tremendamente complicado pasar el día por Lisboa de esa manera. Así que ya sabéis lo que se puede hacer padres viajeros.

Fuimos bajando desde el hotel a la zona más turística por la Avenida Almirante Reis hasta la plaza Martin Moniz, la cual nos sorprendió por su espacio, por las fuentes para refrescarse y varias esculturas muy interesantes hechas a partir de materiales reciclados. Además, era plaza multiusos por que iba a haber conciertos, había alguna terraza, cafetería, mercadillo, fuentes para refrescarse …





Seguimos bajando hacia la zona Baixa, la mas turística, y pasamos por la Praça da Figueira. Allí nos encontramos con varios monumentos como la estatua ecuestre de Dom Joao I y sobre todo unas fachadas portuguesas y Lisboetas muy típicas.











Cruzándola llegamos a una de las plazas más importantes de Lisboa, epicentro y eje de la vida diaria de la capital, la bulliciosa Praça do Rossio, también llamada Praça do D. Pedro IV por la columna central de Pedro IV en su centro presidiéndola. Realmente es un tal Maximiliano de México. El escultor hizo trampas y tiró de una que tenía en su almacén. 

Esta plaza es el centro neurálgico de la capital de Portugal. Allí nos encontramos, por primera vez, con algo que nos acompañará en cada uno de nuestros pasos de las dos siguientes semanas por Portugal, el mosaico, pavimento o adoquinado blanco y negro con esas curvas onduladas tan singulares.






En la parte superior de esta plaza detrás de la fuente encontrareis la preciosa fachada clásica del teatro Nacional Doña María II de factura neoclásica.





Dejamos para la tarde la zona Baixa, y subimos a la ciudad moderna por la Avenida Liberdade. En seguida encontramos la preciosa fachada de la Estación Central o Estaçao de Rossio, la estación central de trenes y ferrocarriles de Lisboa. De finales del siglo XIX son sus puertas con forma de herradura.

  

Poco más arriba en la misma Praza dos Restauradores estaba la oficina de turismo, en la cual como había mucha gente, y ya teníamos mapas, bastante información, guías y el recorrido bastante pensado, decidí tirar para adelante.





Como ya sabéis, en Portugal también ha pegado bien la crisis y se notaba. Un gran número de comercios cerrados recientemente, pancartas de huelga y pintadas de reivindicaciones sociales. También vimos varios mendigos y gente desaliñada deambulando por la ciudad, aunque esto en las capitales no es tan de extrañar. El paro y la crisis afecta más a la gente mas débil y se nota.




Un poco más arriba estaba el Teatro Edén, que nos recordó a los teatros de Hollywood en Estados Unidos. Solo faltaban las estrellas de los famosos y el teatro chino.





Encontramos el callejón llamado Cç. Da Gloria donde el funicular o elevador da Gloria sube una cuesta muy empinada desde la parte baja o Baixa de la ciudad hasta el barrio Alto. Como somos de Bilbao y a pesar de que íbamos con bebe y carrito, ahí que lo subimos a huevo que para eso somos de Bilbao. No me quedó claro si con el billete de metro podíamos haberlo usado gratis ya que aunque valía para el tranvía para este funicular creo que no.







Realmente quería ver las vistas de Lisboa desde el mirador o Miradouro de San Pedro Alcántara en el Barrio Alto. Allí, desde los jardines abalconados tendréis una de las mejores vistas panorámicas de Lisboa viendo en frente las ruinas del Castelo de São Jorge y llegando a ver incluso la desembocadura del Tajo, que no el mar.






Vimos pasar una excursión muy peculiar de unos coches naranjas muy curiosos en los cuales la gente visitaba en grupo la ciudad y parecía que se lo pasaban muy bien. Aquí tenéis un barrido con la cámara a 1/15 s. No todo van a ser paisajes. :)


Comimos por esa zona y nos pusimos en marcha tranquilamente, hacia mucho calor. Pasamos por la Iglesia de San Roque y entramos a pasar un rato tranquilo y relajado alejados del ruido de la capital y del sol. Mi mujer y amigos siempre me critican que a ver por que quiero entrar siempre en las iglesias y catedrales. Pues para hacer fotos. Mi cámara me permite tirar a ISO 1600 o 3200 sin un ruido prohibitivo, y pocas veces tengo que recurrir al HDR. No suelo salir decepcionado con lo que me llevo, aunque pocas veces muestro este tipo de fotos. 





Nos metimos por el Teatro Trindade y callejeamos disfrutando de las artísticas fachadas de la capital hasta llegar a las bonitas ruinas del Convento Do Carmo

  
Allí aproveche que había unos novios y como la cabra tira al monte les hice esta curiosa foto al lado del guardia.



En la plaza en frente de las ruinas de la iglesia del Convento Do Carmo descansamos un poco a la sombra. El convento fue afectado por el terremoto de 1755, que destruyó el techo dejando a la vista y a la intemperie sus arcos góticos. Se ha convertido ahora en museo de pago. 

Aprovechamos para visitar en su parte de atrás uno de los secretos de Lisboa. El mirador de la parte alta del Elevador de Santa Justa. Con unas increíbles vista del Rossio, de la zona Baixa y de la desembocadura del Tajo. Se puede visitar el mirador de la parte superior aunque desde la altura a la que llegareis las vistas son las mismas pero a través de una verja. ¿No se notan, verdad? Si venís de la parte baja ya es otra cosa.






Bajamos andando hasta la parte baja de la ciudad y llegamos a la base del Elevador de Santa Justa que es una monumental estructura metálica neogótica de 1901 por un discípulo de Eiffel para unir la Baixa con el barro del Chiado. Realmente es un ascensor urbano vertical. Así entramos ya a visitar la zona Baixa, la parte vieja de la capital. 




Nos dirigimos al epicentro de toda la vida de Lisboa, la plaza o Praça do Comércio también llamada Terreiro do Paço por los lisboetas. La plaza del comercio fue escenario       de la famosa revolución de los claveles. Antes del terremoto era donde se encontraba el Palacio Real de Lisboa. Con tres lados llenos de soportales y otro lado abierto no al mar, sino al río Tajo.







Allí podéis encontrar el famoso Arco da Rua Augusta o arco del triunfo que es la entrada al corazón del barrio de la Baixa desde esta plaza del comercio plagada de paradas de tranvías y autobuses. Esta Rua Augusta une la Praça do Comércio con la de Rossio ambas las más emblemáticas de la capital.




Acercándonos a la ribera de la desembocadura del río Tajo pudimos disfrutar en el Terreiro do Paço tranquilamente del sol y la brisa de finales de Septiembre. Tanto los turistas como los locales se encuentran allí para descansar.



Pasamos debajo esta vez del Arco da Praça do Comercio y entramos a la Rua Augusta que es una de las arterias principales de esta zona. Pasando dos o tres manzanas encontrareis otra oficina de turismo. Esta zona está llena de gente y comercios. También de terrazas donde comer o tomar algo, pero casi seguro que os cobraran a precio de oro.

Una de los recorridos mas famosos de Lisboa es coger la linea 28 del tranvía y visitar desde el mismo la mayor parte del recorrido turístico que ofrece Lisboa. Es complicado encontrar sitio si no es en la primera o ultima paradas, pero ya con carro de bebe, ni os cuento.



Bueno, más o menos hasta aquí llego nuestro recorrido del día 1. La verdad que el día 2 fue muy intenso y vimos muchas cosas: el barrio de Belém, el Padrao dos Descobrimentos, la torre de Belém, el Mosteiro o Monasterio dos Jerónimos, el barrio de Alfama, el Castelo de São Jorge...

Pero eso queda para la siguiente entrada de este diario de viaje o escapada de fin de semana a Lisboa, la capital de Portugal, una capital europea muy característica.

No olvidéis hacerme llegar vuestros comentarios.

Hasta pronto.

© Iñigo Escalante: Web I Blog I Facebook I Flickr I 500px